Haremos una breve descrpción sobre las propiedades de la lechuga en nuestro organismo, ya que es una hortaliza que utilizamos frecuentemente en nuestras comidas.

Propiedades:

La lechuga es una hortaliza muy rica en minerales y vitaminas como la A, E, C, B1, B2, B3.

También aporta calcio, magnesio, socio y potasio. Regula los niveles de azúcar en la sangre por lo que es ideal para pacientes diabéticos.

Contiene mucha agua, lo que hace que la misma sea diurética.

Es muy efectiva en casos de estreñimiento. Combate la anemia y ayuda a controlar los niveles de colesterol alto.

Y además es un alimento muy bajo en calorías, siendo muy indicada para una dieta de adelgazamiento.

Con respecto a los tipos de lechugas, podemos encontrar de diferentes tamaños, texturas, formas y colores.

Cultivo:

La lechuga es una de las hortalizas más fáciles de cultivar. Esto se debe a que necesita poco espacio.

Por otro lado su cultivo es bastante rápido, y permite que podemos repetirlo en el mismo lugar, sin tener que transportarlo, hasta cuatro veces en el mismo año.

Al tener tanta variedad, y al adaptarse a diferentes épocas del año, lo que debemos tener presente para tener los mejores resultados, es saber escoger la adecueada.

Para esto, simplemente encontraremos esta información en las indicaciones de los sobres de semilla que compremos.

Y si van a conseguirlas en los viveros, no tendrán problema ya que sólo cultivan las variedades indicadas para cada época del año.

Algo importante también es conocer cual sería la ubicación correcta para el cultivo.

Lo ideal es utilizar aquellos espacios más oscuros.

Traten de buscar aquellas zonas de sombras en sus terrazas o sus balcones, donde sepan que otras hortalizas no se desarrollan bien.

También se puede cultivar junto con otras plantas de mayor tamaño.

Entonces, una vez que elijamos el tipo de lechuga a cultivar, y si partimos de una semilla, bastará con un sólo sobre por la variedad que hayas escogido,.

Con eso tendrán lechuga para tres años, inclusive puede llegar a durar más tiempo por la gran cantidad de semillas que suelen tener.

Sugerimos que después del segundo año, sería aconsejable comprar nuevos sobres para asegurarnos de tener una mejor germinación.

En el caso de partir de planteles, este equivale a una lechuga. O sea que tendremos que comprar tantas plantitas como espacio asignemos para ellas.

Se puede cultivar para recolectarlas al final de su ciclo. Esto sería cuando la lechuga está totalmente desarrollada.

Para esto hay que plantarlas separadas, dejando unos 15 ó 20 centímetros entre sí.

O también se pueden ir recolectando cada tanto sus hojitas durante algunos meses. O sea que podríamos cultivar las mismas como si fuera un semillero.

Luego iremos cortando cada tanto sus hojitas más grandes con unas tijeras cada dos semanas, haremos esto hasta que consideremos que la planta esté como agotada.

Podemos utilizar una maceta de unos 15 centímetros de diámetro para cultivarla.

Con respecto a su sistema radicular, el mismo es bastante superficial, por lo que bastarán de 10 a 20 centímetros de capa de sustrato.

Sustrato:

Recomendamos el sustrato de plantación, o el especial para plantas de exterior.

A mismo se le puede añadir un poco de tierra de campo para mejorarlos, ya que les agrada la tierra fresca, rica en materia orgánica y húmeda.

En el caso de que partamos de una de semilla, podemos sembrarla sobre el sustrato.

Sus semillas son bastante pequeñas, por lo que hay que sembrarlas separadas, dejando un centímetro aproximado entre cada una de ellas.

Luego habrá que cubrirlas, pero siempre manteniendo el sustrato húmedo hasta su germinación.

Riego:

En cuanto al riego, deben mantener siempre húmedo el sustrato. Deben tener una exposición en semisombra.

Siguiendo estos pasos, las lechugas crecerán sin problemas y su recolección se puede efectuar alrededor de las ocho o nueve semanas desde su siembra.

Algo sumamente importante, y que no debemos olvidar, es que las vamos a consumir en algún momento, por lo que hay que evitar la ultilización de productos fitosanitarios.

Una recomendación es el uso de etiquetas adhesivas cromáticas para controlar cualquier ataque de orugas, mosca blanca o pulgones.